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Recetas con acelgas

Cuándo comprarlas: Las hay de diferentes variedades (rosas, amarillas, blancas...). La acelga se adapta bien a cualquier clima, por lo que podemos encontrarla durante todo el año. Cuando ya no encontramos espinacas porque empieza el calor, nosotras solemos usar las acelgas como hoja verde en platos calientes.

Cómo comprarlas y conservarlas: Deberías fijarte en que las hojas tengan un color verde y aspecto crujiente. Los tallos o pencas deberían crujir al romperlos. Las acelgas frescas duran una semana en la nevera. Se recomienda conservar las acelgas enteras en la nevera, sin lavar y en una bolsa de plástico.

Por qué comerlas: Las acelgas nos aportan mucha fibra y pocas calorías. Como particularidad, son ricas en magnesio y potasio. Contienen hierro y vitamina C, y esta combinación hace que el hierro se pueda absorber mucho mejor que si solo obtuviéramos hierro. También tienen calcio, que al contrario de lo que muchos piensan, no solo lo encontramos en los lácteos.

Cómo cocinarlas: Las acelgas tienen un sabor ligeramente amargo si las comparamos con otras hojas verdes, por lo que suelen quedar mejor cocinadas que crudas. Nosotras las añadimos a guisos o sopas, tortillas, rellenos, salteados o simplemente las tomamos rehogadas con aceite de oliva virgen extra y ajo. Rehogándolas sin añadir más agua de la que les queda después de lavarlas, conseguimos que pierdan menos nutrientes que si las cocemos en abundante agua. Los tallos pueden resultar un poco duros, en ese caso se pueden cortar por separado y rehogándolos unos minutos antes de añadir las hojas. Como las espinacas, al cocinarlas las acelgas reducen muchísimo su volumen.

Aquí encontrarás todas nuestras ideas de recetas con acelgas:

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